Hace unos días, leí en la sección de cartas al director del periódico EL PAÍS, una carta firmada por un lector, en la cual denunciaba la poca o nula concienciación, que los padres tienen sobre el problema del alcoholismo entre la población adolescente en este país.
Según parece los jóvenes tienen su primer contacto con el alcohol a los 13 años, y lo que es aún más preocupan te es que 1 de cada 3 adolescentes entre los 13 y 16 años suele como media emborracharse 2 o 3 veces al mes.
Lo más preocupan te de esta situación son los datos que arroja un informe, según el cual es el desconocimiento que tienen los padres sobre las actividades que suelen realizar sus hijos durante el fin de semana, y la falta de información que estos tienen sobre con el tema del alcoholismo en los adolescentes.
Por que no debemos de olvidar que el alcohol es una droga tan dura o más que los pueden ser la heroína o la cocaína.
A diferencia de estas ultimas el alcohol es una droga que esta bien vista dentro de la sociedad, y cuyos efectos tanto físicos psiquicos pueden ser fatales.
¿ Por que quien de nosotros no se ha emborrachado alguna vez?, pero cuando ese alguna vez se convierte en 2 o 3 veces al mes, esto ya no es ocasional y puede que detrás haya algún tipo de problema con el alcohol.
Además en la inmensa mayoría de los caso los padres desconocen o no quieren reconocer las actividades y los sitios a donde van sus hijos durante los fines de semana, ni con quien acuden a estos.
¿ Por que cuantas veces los padres habrán preguntado a sus hijos a donde van y con quien?, y estos les habrán contestado que a pasar la noche a casa de tal o cual amigo o amiga y en realidad en donde están es en algún parque o plaza haciendo el famoso botellón.
Por que cuantos de estos padres modélicos que alardean de tener unos hijos modélicos, los cuales no toman ningún tipo de drogas incluido el alcohol, se han molestado en confirmar el sitio de donde dicen sus hijos que están haciendo una simple llamada de teléfono para confirmar que sus queridisimos hijos no se la están dando con queso.
Luego no nos echemos las manos a la cabeza ni nos rasguemos las vestiduras, cuando descubramos que nuestros hijos no están tranquilamente pasando la noche del viernes o del sábado en casa de sus amigos y descubramos horrorizados que en realidad esta durmiendo las consecuencias de una noche de botellón en algún banco de un parque cercano a nuestra propia casa.
BUBÚ
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